En lo profundo del municipio de Ocozocoautla de Espinosa, Chiapas, donde las montañas se abrazan con el cielo y la selva murmura con el viento, se encuentra el Río La Junta, un rincón mágico donde dos corrientes se encuentran para formar un solo cauce. Este paraje natural se ubica en la comunidad de Juan de Grijalva II, a unos kilómetros de la cabecera municipal, siguiendo caminos rurales que atraviesan paisajes verdes y tranquilos. Su nombre lo dice todo: es el punto de unión entre aguas que vienen de distintas direcciones, creando un espectáculo natural que parece coreografiado por la propia tierra. Al llegar, el sonido del agua corriendo entre las piedras y la sombra de los árboles que cubren sus riberas dan la bienvenida a un entorno que invita al descanso, la contemplación y el disfrute sencillo.
Este lugar es ideal tanto para quienes buscan tranquilidad como para los que prefieren la aventura. Las amplias pozas permiten nadar con calma o dejarse llevar por la corriente, mientras que una zona más profunda y despejada atrae a los más intrépidos, que se lanzan desde las ramas de los árboles o reman en kayak. En las orillas, familias y grupos de amigos tienden mantas, encienden fogatas y comparten alimentos bajo la sombra de los ceibos y amates, convirtiendo la visita en una convivencia íntima con la naturaleza.
Río La Junta no necesita adornos ni infraestructura elaborada para dejar huella. Su belleza está en lo auténtico: en el fluir libre del agua, en los reflejos del sol sobre la superficie, en la risa de los niños y el murmullo de los árboles. Es un lugar donde el tiempo se diluye entre chapuzones, caminatas descalzas y miradas al horizonte. Quien lo visita no solo encuentra un paraje para refrescarse, sino un rincón donde el alma también se aquieta.
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